"El mural de la alegria"
"El mural de la alegria"
Materials and care
Materials and care
High quality canvas with square and round resin diamonds in acrylic.
Super definition, clear symbols.
Glue pouring
50x65
50 colors // Contains AB and Fairy Dust.
En una ciudad llena de ruido y prisa, Emma era un faro de color y esperanza. Con su cabello multicolor y su prenda roja, Emma no solo era un artista, sino un símbolo de alegría para todos los que lo conocían. Cada día, caminaba por las calles, saludando a los vecinos y compartiendo sonrisas.
Un día, notó a una niña pequeña, sentada sola en un banco, con lágrimas en los ojos. Se acercó a ella y, con su voz suave, le preguntó qué le pasaba. La niña, entre sollozos, le contó que se sentía invisible y que nadie parecía notar su existencia.
Conmovida por sus palabras, decidió hacer algo especial. Le p
idió a la niña que la acompañara a una pared en blanco cercana. Juntos, comenzaron a pintar.Enma le enseñó a mezclar colores y a dejar que su imaginación volara. Con cada pincelada, la tristeza de la niña se desvanecía, reemplazada por una sonrisa radiante.
Al terminar, la pared estaba cubierta de colores vibrantes y formas mágicas. La niña, ahora llena de alegría, se dio cuenta de que su arte tenía el poder de cambiar el mundo a su alrededor.Enma le sonrió y le dijo: “Nunca dejes de creer en ti misma. Eres más visible y valiosa de lo que piensas.”
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In a city filled with noise and rush, Emma was a beacon of color and hope. With her multi-colored hair and red garment, Emma was not only an artist, but a symbol of joy to all who knew her. Every day, she walked the streets, greeting neighbors and sharing smiles.
One day, she noticed a little girl, sitting alone on a bench, tears in her eyes. She approached her and, in her soft voice, asked her what was wrong. The girl, between sobs, told her that she felt invisible and that no one seemed to notice her existence.
Touched by her words, Emma decided to do something special. She asked the girl to accompany her to a nearby blank wall. Together, they began to paint. Emma taught her how to mix colors and let her imagination run wild. With each brush stroke, the girl's sadness faded, replaced by a radiant smile.
When she was finished, the wall was covered in vibrant colors and magical shapes. The girl, now filled with joy, realized that her art had the power to change the world around her. Emma smiled at her and said, “Never stop believing in yourself. You are more visible and valuable than you think.”